Teníamos en mente esta travesía desde que probamos lo de viajar en piragua en Menorca. De este año no podía pasar. En enero, justo cuando todo el mundo hace dieciochomil planes, nosotros dejamos un hueco para recorrer la costa vasca. El tiempo fue pasando y a dos semanas de la fecha prevista nos encontramos sin barcos. El alquiler nos costaba como media piragua, salía mejor ir a nado. Para solucionarlo, el bueno de Txomin, nos prestó su “txipironera”. Una piragua autovaciable anchota y remolona que se convirtió en el buque insignia de la travesía.

No hay comentarios: